1911- 1950

Supe que vivió interminables pasillos oscuros, ficticios y adictos. A donde un sueño imposible lo llevó. En donde no es de día ni de noche y los árboles y las ideas no envejecen. Desde entonces sabe pasearse ante las frías narices del mundo que lo engendró. Hijo de un tiempo y una estructura (inconsciente y universal como quiso Lévi-Strauss). De la que supo escaparse antes del derrumbe.

Hoy solo extraña el perfume de su barrio, los liquidámbares en otoño y el amor de unas pocas personas. El resto sabe a miseria y olvido. Supe que vivió y no puedo aportar mucho más. Fui un testigo imparcial de su juicio y de su muerte. A las palabras que adornan este sueño solo quisiera creerles.