El márgen de la historia

En el margen de una página de la edición de 1670 de la Arithmetica  de Diofanto de Alejandría, que la historia y sus oscuras razones lo han declarado padre del álgebra, descansa el enigma de Fermat que por tantos siglos, con ingeniosa ironía, ha desvelado la conciencia de tantos hombres.

Como si de demostraciones se fundara la verdad, el hombre se aventura a descifrar el Universo. Emprende un ambicioso camino de abstracción y soledad con la incalculable esperanza de abarcar lo inabarcable, de descifrar lo indescifrable.

¿Habrá sabido Fermat las consecuencias que esas nobles líneas desencadenaría en la historia?. Posiblemente no, pero quizás nos esconden la posibilidad de concebir a la verdad como un camino, no como una meta. La verdad como ese margen que nunca nos alcanza.

Aquí las célebres palabras:

“Es imposible descomponer un cubo en dos cubos, un bicuadrado en dos bicuadrados, y en general, una potencia cualquiera, aparte del cuadrado, en dos potencias del mismo exponente. He encontrado una demostración realmente admirable, pero el margen del libro es muy pequeño para exponerla”.

Pierre de Fermat