La derrota

Lejanas trompetas
Unas últimas banderas resisten en pie
El eco de una tropa que se acerca y grita
La lluvia cae como una bendición sobre los cuerpos
Aquí no hay Dioses
Con la razón naufragamos hasta este valle
Donde espera agazapado el destino
Creímos en la libertad y solo fuimos prisioneros
Dueños de nada
Debatiéndonos las últimas horas
Entre los escombros, las notas de un pianista
La música siempre estuvo allí para abrigarnos
Rostros cansados llegando a sus casas
Tarde en la noche, guerreros del día
¿Cómo estamos tan cerca sin mirarnos a los ojos?
Vivimos del relato escrito por otros
En donde parecemos, ya no somos
Quijotes de plástico sin fantasías
Discursos vacíos
La sed de poder.

Quizás vuelva a nuestros días todo aquellos que perdimos
Si somos capaces de ver, qué es lo que perdimos.